miércoles, 25 de agosto de 2010

De No(r)-way y mi regreso a México

Heme aquí nuevamente, tratando de reencontrarme con el blog. Todas las reflexiones, imágenes, ideas e historias de mi vida en Oslo se perdieron por una simple vaga desidia. Pero las historias continuan y mi regreso a México se aproxima. Tantas cosas que contar...

De mi estancia en Escandinavia puedo decir que ha sido todo un aprendizaje el enfrentarme a una cultura tan diferente. Noruega, pueblo de sobrevivientes ante un clima impetuoso, de planeadores y perfeccionistas, de discretos y moderados, pueblo de completa prosperidad y la osciosidad que eso conlleva, de máximo respeto y atención a la infancia, de equidad de género, de armónica convivencia con la naturaleza, de dialectos impronunciables, de estabilidad, de fiordos, de bosques, de moras, de nieve, de meses luminosos y otros tantos de una cruel oscuridad.

Ahora que nos preparamos para la mudanza de regreso a México, salen a la superficie todas aquellas cosas que extrañaré.

Será dificil encontrar la seguridad y la confianza que se respira en el aire, sobretodo cuando pienso en nuestro pequeño Alexander y mi experiencia de mamá en este país. No por nada Noruega ha sido considerado en el 2010 como el mejor lugar del mundo para ser madre según la organización Save the Children. Pero también esa seguridad se siente al andar en las calles y no preocuparte por que te van a robar, abusar, chamaquear o faltarte al respecto sin importar la hora del día (y me refiero 24 hrs) o la ropa que traes puesta.

Sin duda extrañaré también vivir en una ciudad pequeña que goza de todos los servicios. Que decir del transporte público y mi más querido travía, que pasa a media cuadra de mi casa y con todo y carreola me conecto en 7 minutos al centro y menos de 30 minutos con cualquier punto de la ciudad o su periferia, incluyendo museos, restaurantes, cines, bosques y lagos, el fiordo, etc. Aunque debo confesar que un coche hubiera sido muy práctico para salir los fines de semana fuera de la ciudad.

Extrañaré las cortas jornadas de viaje para llegar a un país siempre diferente.

Extrañaré conocer continuamente gente de todo el mundo; interesante, diversa, divertida, activa, gentil. Extrañaré a todos lo pequeños que vi crecer desde sus primeros meses; a aquellas mujeres que siempre nos mostraron su incondicional apoyo y a aquellos muy queridos que realmente toman acciones por hacer de este mundo un lugar mas equitativo, mas tolerante y mas justo.

No extrañaré la oscuridad ni el invierno prolongado.

No extrañaré la nostalgia hacia mi familia y amigos.

No extrañaré el tener que contener mis abrazos o mi voz.

No extrañaré la falta de espontaneidad, por el contrario, sin mucho que planear mas que el reinventarnos en la costa oaxaqueña, dejaremos que la vida misma sea la que decida.

3 comentarios:

  1. No extrañaras los tacos y las salsas.
    No extrañaras bailar cumbia.
    No extrañaras el sol que pinta esa blanca piel que Noruega te dejo.
    No extrañaras sentirte como pez en el agua.

    Y al mismo tiempo extrañaras lo que antes no sabias y ahora si... ni pedo dijo alfredo, asi es esto de ir viviendo

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  2. La comida y la bailada si se extrañan durísimo. Y muy bien tú lo dijiste: extrañare lo que antes no sabia y ahora si...

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